martes, 30 de noviembre de 2010

El cambio son ellos

Esta semana ha sido intensa. El martes empezaba nuestro primer trabajo en campo, y no podíamos imaginar todo lo que iba a ocurrir en tan poco tiempo. A veces sólo unos instantes, unas cuantas conversaciones, pueden cambiar ideas que llevaban acomodadas mucho tiempo en la cabeza, de esas con las que casi nace uno, y de las que sólo se despoja con buena sacudida, como la que nos han dado.


Que la pobreza no es incompatible con la dignidad es una de ellas. Cuando uno llega aquí, o desde su casa piensa en otros lugares como Nicaragua, cree que sólo va a encontrar suciedad, gente sin formación, o apáticos que no luchan día a día por salir adelante.


Las cosas buenas parece que interesan poco. O nada. Que venga alguien a decir que esta gente tiene mucho que enseñarnos a más de uno le hará gracia, pero es una realidad que te da un guantazo cuando te la encuentras. Aunque a los medios de comunicación no les interese (como ejemplo, ver el último Callejeros Viajeros sobre Nicaragua), podríamos venir aquí a buscar valores que nosotros ni siquiera imaginamos, o que prefabricamos y usamos de boquilla para demostrar lo avanzada que es nuestra sociedad, y no la de gente que camina medio descalza y cocina con leña.

Nicaragua tendrá muchas miserias, como nosotros, pero como esas ya se cuentan en la tele y en los periódicos, no seré yo quien las recuerde. También tiene muchos nombres propios, los de gente “insignificante” que no da ruedas de prensa, no decide sobre la vida de otros o no compra y vende acciones.
Ellos son los que nos acogieron en la Comunidad de San Jerónimo, en el municipio de Condega, una zona cafetera al norte del país, a escasas horas de Honduras. Llegamos allí completamente a oscuras, y me acosté en la casa de mi familia adoptiva sin tener muy claro dónde estaba ni cómo había llegado.

 
Guillermo, mi padre de adopción, tiene 53 años (no lo dice con seguridad). A los 19 entró en el frente de la Revolución Sandinista, para luchar contra la represión de la dictadura de los Somoza, a finales de los 70. Con 22 años fue encarcelado un año y también torturado. Con 25 años aprendió a leer y escribir. Ahora es coordinador de la cooperativa local, “Héroes y Mártires de Cantagallo”, es un hombre culto, que se expresa de forma envidiable, un trabajador incansable que muestra con orgullo los logros conseguidos por su Revolución.

Isaura es su esposa. Con 16 años ayudaba a los insurrectos, lavando su ropa y cocinando para ellos cuando por las noches bajaban al pueblo. A pesar de los horrores que vivió nunca dejó de contribuir a la Revolución en la que tanto creía. Ahora lidera un grupo local de mujeres emprendedoras, ha conseguido sacar adelante a cuatro hijos y ambos viven dignamente, aunque con muy pocos recursos, del ganado que campa a sus anchas por la casa y el cultivo del café, maíz y frijol cultivado en las tierras ganadas con la Reforma Agraria tras la victoria de la Revolución.

Carmen y Rosendo son agricultores de la Comunidad de La Labranza, en Palacagüina. Ella es coordinadora del Programa Campesino a Campesino, una campaña ideada por la propia Comunidad cuyo lema es “El cambio soy yo”. Promueven los sistemas agrícolas sostenibles en la zona, a través de la capacitación, la utilización de semillas autóctonas, prácticas de conservación de suelos y sistemas agroforestales que garanticen la producción a largo plazo, reduzcan el riesgo de fracaso de la cosecha, exijan menos mantenimiento y nada de fertilizantes. Vamos, que aquí quien aprende somos nosotros.
Rosendo, el agroautor, como cariñosamente le llamamos, pone en práctica todo lo anterior, y además lo divulga de una manera que a todo el mundo le llega. Es un ejemplo de esfuerzo, previsión e imaginación. Sus canciones sobre su huerto y los sistemas de conservación no tienen precio, que me lo hubieran dicho antes de entregar el proyecto fin de carrera !!!


Doña Corina nos esperó el sábado pacientemente en su finca, La Soñada, en Miraflor, cerca de Estelí. Llegar por ese camino embarrado fue toda una aventura... El nombre del lugar no es en absoluto casual, habla de ella misma. Haber logrado su sueño, aunque ella siempre quiera cumplir uno más, no le ha impedido olvidar su dura infancia, marcada por el maltrato de una sociedad patriarcal y machista que la empujó a huir de niña, y a pesar de ello, seguir siendo una esclava de casada. Su espíritu luchador la llevó un día a cortar con todo. "Si vas, no volvés" le dijo su marido. Marchó a la Cruzada Nacional de Alfabetización, enseñando a leer y escribir a cientos de personas en Estelí, entre ellas a su madre; y también estudió nutrición junto a uno de sus hijos. Libre, emprendió su campaña personal en ayuda de las mujeres y la educación de sus hijos, que son siempre el motivo de su lucha, por eso siempre trabaja para ellas, pero del lado de los hombres, "no para palmearles la espalda, sino para jalarles las riendas".

Bueno, sólo quería mostraros un pequeño ejemplo de lo esforzados que son estos nicaragüenses, que a pesar de represión, guerras y desastres naturales aún tienen fuerzas para retomar las riendas de su futuro con pocos recursos. Nos han ofrecido todo lo que tienen, su experiencia, su vida y su casa, que cuando se mira con otros ojos es mucho, muchísimo más de lo que podemos ofrecerles nosotros. Con historias así, a uno se le caen los palos del sombrajo y le tambalean los cimientos de esas ideas de las que antes hablaba. Lo dicho, toda una lección.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Comienza la acción

Pasados los días de aterrizaje y aclimatación toca ponerse manos a la obra.
Hoy hemos comenzado con una introducción a la geografía y la historia de Nicaragua, para ubicar el contexto en el que se va a desarrollar este mes de trabajo y los informes posteriores. Esto ha sido en el Centro de Capacitación de Ticuantepe, nuestro campamento base, a cargo de los profesores Isabel Benavide y Manuel Moncada, ambos profesores universitarios. Hemos conocido las distintas regiones del país y de qué manera han influido sus características en el devenir histórico de sus gentes y viceversa, los principales problemas ambientales y las perspectivas de futuro en temas como la energía, el agua o la preocupante gestión de residuos. Con tanto pasión como rabia, el maestro Moncada nos ha relatado la historia más reciente del país, la dictadura y revolución sandinista, como ejemplo del pueblo por cambiar el “yo vivo si tu mueres” por el “yo vivo si tu vives”.
Después de una copiosa comida, nos hemos dirigido a la comunidad de San José de los Ríos, cercana a Ticuantepe, donde Doña Carmen nos ha contado su dura vida y cómo aprovechando los Bonos de Ayuda del Gobierno actual, ha convertido, con paciencia y buen hacer, una pequeña ayuda (un gallo, cinco gallinas y una vaca) en once vacas y veinte gallinas. Los técnicos del programa nos han contado los distintos tipos de ayudas para incentivar los métodos sostenibles de cultivo de café, piña y banano para mantener la productividad del suelo y reducir los riesgos de inundaciones aguas abajo, evitando un uso excesivo de fertilizantes que contaminen las aguas subterráneas, de las que se surte Managua.

Para acabar el día, hemos ido a la Reserva Natural Chocoyero-El Brujo para visitar un impresionante salto de agua de 40 metros y una colonia de agapornis. Aunque la vuelta a pie ha sido en absoluta oscuridad y bajo la lluvia, ha sido otra genial experiencia en otro día más para el recuerdo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Una cálida bienvenida


        Han sido más de 48 horas viajando hasta Madrid, hasta Costa Rica, luego a Nicaragua y por fin Ticuentepe. Y desde que pusimos un pie en tierra el cambio fue brutal.
       Es poco el tiempo que llevamos aquí, pero el suficiente como para empezar a darse cuenta de la realidad nicaragüense.

     
       Antes de salir de Costa Rica nos dimos un chapuzón en el Pacífico en Punta Arenas; y por la transitada carretera panamericana, que por cierto, es la que pasa por la que fue mi casa en México, a más de 2000 km de aquí, continuamos hacia a Nicaragua: dos países limítrofes pero con diferencias notables a sólo unos cientos de metros. La burocracia en la aduana es siempre lenta, pero lo que para nosotros sólo es un trámite agilizado por ser europeos, para los miles de emigrantes que cruzan cada día el principal puesto fronterizo de esta zona de Centroamérica, es un penoso trámite que se alarga horas y horas para obtener un sello o demostrar la legalidad de su mercancía.
       Cruzando la frontera nos recibían el Lago Nicaragua (o Cocibolca), inmenso y sereno, y los volcanes Madera y Concepción, que, imponentes y rebeldes, por algo son símbolos patrios.

       
Tras un largo día de viaje cruzando dos países, llegamos a la que sería nuestro próxima casa: el Centro de Capacitación de Ticuantepe, donde nos agasajaron con una cálida recepción, una cena típica (el caballo bayo) y unos mariachis.

Un día de aclimatación

      Decir que Nicaragua alberga el 6% de toda la biodiversidad del país, o que alberga el lago más grande de Centroamérica, son sólo números que se quedan cortos cuando uno se deja impresionar in situ por una naturaleza abrumadora.
      Hoy hemos madrugado para ir a la Reserva Natural Volcán Mombacho. Después de un intenso desayuno con frijoles y huevos, hemos iniciado un recorrido hacia el cráter del volcán. En la Hacienda Las Flores hemos probado el famoso café de sombra nicaragüense y muy animadamente (que se lo digan al resto de turistas que viajaban con nosotros en la camioneta) hemos continuado ascendiendo hasta los 1345 m del cráter. Por el camino, cafetales, el bosque enano, bosque nublado, y fincas de ganado que ejercen gran presión sobre un ecosistema frágil y escaso en todo el mundo.
       Ya a pie, por la cresta del cráter, hemos recibido toda una lección de geología y ecología, y de regalo, la presencia de un mono congo, ¡y dos osos perezosos!
       Por la tarde, con una fina lluvia, hemos dado un paseo por las isletas de Granada, cientos de pequeñas islas de origen volcánico en el Lago Cocibolca, ocupadas por las segundas residencias de la clase dirigente nicaragüense, que vuelven a mostrar la cara y la cruz de un país levantado por los brazos de muchos para que sólo unos cuantos vivan bien.
       Ya en la ciudad de Granada, hemos dado un paseo por el centro histórico, de marcado carácter colonial.
       En definitiva, hoy ha sido un día para descubrir alguna muestras del potencial ecoturístico de Nicaragua, que podría convertirse en un futuro cercano en uno de los motores de la economía del país, con un modelo de turismo sostenible basado en sus recursos naturales.

sábado, 20 de noviembre de 2010